relaciones sanas de pareja

Consejos para sobrevivir a un verano con tu pareja

Las vacaciones de verano son el momento ideal para pasar más tiempo con tu pareja, crear espacios que no tenéis cuando estáis trabajando, hablar de los problemas de los que habéis evitado hablar durante el invierno y, en definitiva, reforzar vuestro vínculo y vuestra relación de pareja.

Sin embargo, después del verano las separaciones y divorcios aumentan significativamente respecto al resto del año. ¿Por qué? ¿Se puede evitar?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que las vacaciones no son el motivo por el que se rompen las parejas, sino un momento crítico en el que se ponen de manifiesto los problemas de pareja y que puede terminar provocando una separación.

Hay varias causas que hacen que las vacaciones sean el detonante de una ruptura, por lo que si queremos evitar que el momento más placentero del año se convierta en un infierno que ponga punto final a nuestra relación, tendremos que analizar las causas y trabajar sobre ellas.

Causas de las rupturas de pareja tras las vacaciones de verano y consejos para superarlas con éxito.

1. Ponemos muchas expectativas en las vacaciones, poco realistas y que no se ajustan a las circunstancias de los dos.

Después de un duro año de trabajo, deseamos que las vacaciones sean perfectas, y si nuestra pareja “contribuye” a que no lo sean, nos sentiremos frustrados y pensaremos que la relación nos resta felicidad y que no merece la pena. La organización, el destino y las actividades durante las vacaciones pueden suponer en sí mismos una fuente de conflicto. 

Para evitarlo es importante que las vacaciones se ajusten a las expectativas de los dos, que éstas sean realistas, y que se encuentre un equilibrio que satisfaga a ambos tanto en lo económico, como en el tipo de actividades que se pueden hacer en el lugar de destino. Que haya consenso en con qué personas se van a compartir las vacaciones es asimismo un punto importante, ya que, por ejemplo, compartirlas con la familia política puede traer muchos conflictos. También es importante que las tareas estén repartidas y que no recaiga sobre uno solo el peso de planificar el viaje, buscar alojamiento, las tareas domésticas durante las vacaciones, etc.

2. Esperamos que las vacaciones solucionen los problemas que hemos venido arrastrando todo el año, pero tener más tiempo para la pareja sólo en verano, no soluciona los problemas.  

Volver de las vacaciones y darse cuenta de que no se ha solucionado nada, hace que nos sintamos decepcionados y pensemos que ya no hay afinidad, complicidad, ni remedio para nuestros conflictos.

Para que esto no suceda, no debemos esperar a las vacaciones para solucionar los problemas con la excusa de que es cuando tenemos tiempo. Aunque las vacaciones son un buen momento para dedicarse más a la pareja, el cuidado de la relación debe ser constante durante todo el año.

3. Pasamos mucho más tiempo juntos que habitualmente, por lo que se evidencian los problemas que hemos tenido durante el resto del año y que hemos evitado enfrentar.  

Al pasar más tiempo juntos, se multiplican las posibilidades de no estar de acuerdo en las decisiones, de tener desavenencias, de ver los defectos de la otra persona, e incluso que deje de apetecer estar con ella.

Si no queremos que ocurra esto, debemos reservarnos momentos de respiro para nosotros mismos, realizar aquellas actividades que nos gusta hacer y que no son compartidas con nuestra pareja y evitar que durante las vacaciones las relaciones sociales se reduzcan sólo a la pareja o a la familia.

Además, podemos enfocar de un modo constructivo el hecho de que afloren los problemas que están latentes durante el año, para pensar en lo que sentimos, en lo que queremos, y renegociar los puntos de conflicto.

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