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Del chico que se superencanta al perverso narcisista

Tía, no salgas con un chico así, hazme caso, aunque ahora te parezca perfecto. Yo salí con un chico así y al final te sientes menos. Da un sorbo a su cerveza, coge el móvil y me enseña una foto de Instagram donde aparece el chico tocando la guitarra.

Cantaba tan bonito… Era como un Marc Anthony pero mucho más guapo. ―Sigue mirando Instagram y ahora me enseña una foto de ellos dos juntos. No se lo digo, pero el chico es realmente guapo.

―Hacíamos muy buena pareja ¿verdad? Todo el mundo lo decía. Todos creían que éramos la pareja perfecta, pero no era verdad. Sigue mirando las fotos y su mirada delata el magnetismo que ha tenido sobre ella.

―Le caía bien a todo el mundo, siempre tan simpático, tan… seductor… Pero luego conmigo no era así.

Tía, deja el móvil en la mesa, endereza la espalda y me sonríe― que los chicos así no merecen la pena, que ellos se superencantan a sí mismos, pero no son capaces de querer a nadie más. ―Y las dos nos reímos porque nos encanta decir superencanta.

Hay maltratadores que lo hacen tan hábilmente, que sus víctimas no se dan cuenta del maltrato que están sufriendo hasta estar casi destruidas.

Es el caso del perverso narcisista. Su imagen de perfección y su capacidad para seducir y manipular, hacen que resulte difícil detectar que nos encontramos ante una persona tóxica.

Un rasgo típico del perverso narcisista es la falta de empatía, que hace que utilicen a las otras personas para satisfacer sus propias necesidades y sean incapaces de prestar atención a lo que los demás necesitan.

Maltratan a su víctima a través de la palabra, proyectando en ésta sus propios conflictos, es decir, sometiéndola a sospechas y acusaciones de haber hecho algo “reprochable” porque es lo que harían ellos si tuvieran oportunidad.

Incapaces de reconocer sus errores, cargan a su víctima con la culpa de las faltas que ellos mismos cometen, provocando sentimientos de incapacidad, de imperfección, de ser una mala persona… y con ello frustración, ansiedad, tristeza…

¿Necesita el perfecto narcisista algo más para destruir a su víctima? Sí. Necesita que ésta no se dé cuenta a tiempo de que ella no es la persona horrible que le han hecho creer que es. Que no es ella la mala, la inestable, la mentirosa, la infiel, la egoísta, la que necesita ser el centro de atención. Que todo esto, lo es él

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