Problemas de parejaRuptura

Cómo mantener una buena relación con el padre de tus hijos

El proceso de ruptura de pareja no es fácil, se trata de una situación compleja y sobre todo dolorosa y en algunas ocasiones, por qué no, hasta puede resultar liberadora.

Se trata de un proceso donde la realidad se impone: Ya no somos pareja.

Aunque pueda parecer duro, increíble, difícil de afrontar, etc. llega el momento, en el que hay que prepararse para despedir una etapa de vuestra vida y dar comienzo a una nueva realidad. Llega el momento de afrontar que no vamos a volver a estar juntos como pareja.

En esa vida nueva para ambos no podéis olvidar que hay algo que continúa para siempre. Sí, algo que os une y que es el vínculo generado a través de vuestro rol de progenitores. Como madre y padre vais a estar unidos para siempre con el objetivo de poder cumplir con vuestro cometido, con vuestro mayor compromiso de vida que no es otro que cuidar de vuestro mayor tesoro. Vuestros hijos e hijas.

Ahora el esquema cambia. Cuando llega la separación conyugal, la familia se reorganiza. Se camina hacia una nueva dirección. Indudablemente esta reorganización llega tras pasar por diferentes etapas emocionales, nada fáciles, donde la negación, la rabia, el dolor, la tristeza y la depresión serán vuestras compañeras de viaje por un tiempo. Por eso es importante que, en este camino hacia la nueva etapa, no perdáis de vista que el objetivo es que os separáis para aceptar una nueva realidad. Ahora no funcionaba. Es en la última fase del camino, donde aparece la de la aceptación, cuando sentís que el esquema ya ha cambiado. Ahora ya no somos pareja, somos padre y madre.

Es muy posible que en un principio os dirijáis al otro como “mi Ex – pareja”. Esto es un primer paso para daros cuenta de que el otro estará fuera de vuestra vida sentimental de pareja. Comenzaréis a construir otro tipo de relación basada en la crianza y en la educación de vuestros hijos e hijas. Llega el momento de hablar del padre de mis hijos y se va difuminando el término “Ex”para hablar de la persona con la que comparto la parentalidad.

Entre tú y el padre de tus hijos se pueden dar diferentes tipos de relación, a continuación, comparto algunos ejemplos:

  • Compañeros perfectos: colaboran y cooperan por el bienestar de los hijos. Siempre han tenido pautas educativas y estilos de educación similares.
  • Progenitores cooperativos: Cooperan, aunque tengan diferentes estilos educativos, llegan a consensuar la educación de sus hijos.
  • Socios furiosos: Están unidos por la discusión, el conflicto y la ira invade la relación.
  • Dúos disueltos: No existe ningún tipo de conexión entre ellos. Desaparece el contacto entre ambos.

Es importante que tengáis presente que las relaciones no van a ser siempre igual, ni existe la perfección en las relaciones humanas, pero habrá una tendencia que puede oscilar de un lugar a otro. Tú eliges la más probable. ¿Compañeros?, ¿Colaboramos?, ¿Seguimos unidos en la batalla?…

Como bien sabéis, si has pasado o estás pasando por una situación de separación, nadie nos prepara para la ruptura de pareja y las relaciones entre vosotros pueden ser fuente de conflicto permanente o bien un paso hacia la calma después de la tempestad.

De ambos dependerá la creación de una nueva relación donde lo principal sea el bienestar de vuestros hijos e hijas. Elige la cooperación y la colaboración, porque vuestros tesoros os necesitan a ambos y con las miras puestas en su bienestar. En este sentido, también indicar que, en definitiva, vuestro bienestar también depende de cómo percibáis a vuestros hijos e hijas.

Es verdad, que los cambios asustan, pero no olvidéis que se convierten en retos y después de superados nos hacen crecer. Por ello, comparto algunas claves que pueden contribuir a que podáis poner en práctica estrategias que puedan empezar a sentar las bases para esa relación como madre y padre que conlleven una cooperación para la crianza.

Claves para que la relación como progenitores funcione:

  • Haz una reflexión sobre cuáles son las necesidades de vuestros hijos e hijas y en qué medida tú puedes contribuir a que ellos sepan que estás presente para su educación.
  • Centra tus objetivos en lo que tú puedes hacer. Intenta dejar de lado lo que “el otro hace o no hace”.
  • Piensa que muchas cosas que ahora haces o dejas de hacer tendrán su recompensa en el futuro. Al fin y al cabo, les estás preparando para la vida.
  • No malgastes tus energías en seguir intentando cambiar a esa persona, con la que ya no estás porque ya lo intentaste durante la relación y no funcionó. Se tú el cambio para ti misma.
  • Intenta separar la relación de pareja y la relación como progenitores. Tu objetivo es ahora la relación con el padre de tus hijos.
  • Sé previsora y organiza de forma coordinada y flexible la responsabilidad compartida sobre los tiempos que cada uno está al cuidado de vuestros hijos/as. Intenta hacerlo de forma colaborativa
  • Orienta tus energías a hacer propuestas de solución de los problemas.
  • Cuida tu estado emocional y date tiempo para afrontar los cambios. Si lo ves necesario puedes apoyarte en tus amistades, familiares, profesionales, etc.
  • Vuestros hijos e hijas son parte de cada uno y estáis en su corazón.

Nadie mejor que vosotras conoce vuestra realidad, la separación es un proceso y como tal requiere de tiempo, gestión emocional y es importante no olvidar el papel fundamental que seguís teniendo como madre y padre en la crianza y educación de vuestros hijos.

Suerte para el nuevo camino.

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